Cuando empezamos con los preparativos de la boda, el tema de la fotografía nos llevaba locos. Por suerte, unos amigos nos hablaron de Tomás y nos dijeron que hablásemos con él, ¡y qué bien haberles hecho caso! El feeling con él fue instantáneo, rápidamente captó todo lo que queríamos y cómo lo queríamos. Fue todo muy profesional, pero cercano a la vez. Tras un primer contacto telefónico, quedamos para conocernos y pudimos ver la pasión con la que hablaba de la fotografía. Lo primero que pensamos es que, sin duda, alguien con ese amor por su trabajo tiene que ser muy bueno. No nos defraudó con el material que nos mostró y decidimos contratarle para nuestro gran día. Y chicas/os, ¡fue un auténtico acierto! No paró de hacer fotos durante todo el día y esto no lo sé porque lo viésemos, si no por todas las fotografías que nos mostró luego. Captó momentos que a nosotros nos pasaron desapercibidos y con unos resultados increíbles. Y el álbum… ¡Es tan bonito! Y de una calidad brutal. No me arrepiento para nada de mi elección, fue una de las mejores que pude tomar. Si tenéis dudas, hablad con él, os aseguro que os va a enamorar su forma de trabajar y el gran trabajazo que hace.